Entre los meses de noviembre y febrero el eje de la Vía Láctea apunta de sur-este a
noroeste, quedando un extremo de la misma cerca de la posición por la cual el sol nace
en el solsticio de diciembre, el sol nace en esta época hacia la Vía Láctea.
De acuerdo a creencias actuales, el sol sigue el curso del río Vilcanota bajo tierra
durante la noche para nacer nuevamente al día siguiente en el este. El período de
lluvias sigue al solsticio de diciembre, cuando aumenta el caudal de los ríos y empieza
la época de cultivo. Aunque la leyenda no se refiere específicamente a la región aguas
abajo donde se encuentra Machu Picchu y a pesar de no haber documentación histórica que
los incas tenían las mismas creencias, hay evidencia de que así fue, tal como veremos.
Basados en lo anteriormente mencionado, parecería que no fue una simple casualidad que el nombre Vilcanota significaba "casa del sol", o "casa donde nació el sol" en el idioma de los Aymaras, probablemente por que el río (así como la cordillera del mismo nombre en sus fuentes) discurre a lo largo del paso del sol, según se ve desde el Cusco.
El río Vilcanota también es comparado con el río celestial, la Vía Láctea, y, probablemente, también lo fue en la época del incanato. Los Incas lo llamaban el Willkamayu ("río sagrado").
Las fuentes principales del río Vilcanota se originan en las nieves del Ausangate y en las nieves de las montañas (asociadas en actuales creencias con el Ausangate) ubicadas sobre el abra de La Raya donde se origina el río, al sudeste del Cusco. Todos los ríos que tienen sus fuentes en el Ausangate son vistos en la actualidad como partícipes de sus poderes y carácter sagrado. Además, las nieves de otras montañas sagradas, incluidos el Waqaywillka y el Salcantay, también alimentan este río. Está muy difundida la creencia de que estas aguas son un agente fertilizador de los dioses de las montañas.
Hoy en día, el río mismo es visto como una deidad por la gente de la región del Cusco. Una manifestación de su carácter sagrado en la época de los Incas, es la presencia de grandes ruinas en las cercanías de sus fuentes, las cuales probablemente estaban asociadas con el templo de Vilcanota (ubicado en el abra de La Raya), conocido como uno de los más importantes del imperio Inca, de acuerdo a nuestro conocimiento del significado religioso de los ríos en el pensamiento Inca, y, por supuesto, por los numerosos lugares Inca de importancia, incluyendo Pisac y Ollantaytambo, que se encuentran a lo largo de su recorrido hasta pasar por Machu Picchu.
Se cree que la deidad Inca, Viracocha, luego de completar sus actos de creación en el lago Titicaca, se encaminó por una ruta desde este lago hasta el océano siguiendo una línea SE-NO; es decir, en forma paralela al curso general del río Vilcanota hasta mucho más allá de Machu Picchu. Gary Urton cree que Viracocha, en el pensamiento Inca, puede ser comparado con el Vilcanota y la Vía Láctea. Definitivamente Viracocha estaba íntimamente asociado a los cultos al agua y a las montañas, por lo que importantes templos, como el de Rajchi y Viracochan (al sudeste del Cusco) fueron levantados a lo largo del río Vilcanota. (Lo que es más, el río desciende de la montaña de Viracochan rodeándola, de manera similar a como rodea Machu Picchu). Esta podría ser una de las razones por las cuales se dice que dos estatuas de Viracocha se encontraban en Aymabamba, un lugar sobre la margen del río del mismo nombre, cercano a Machu Picchu, que desemboca en el río Urubamba. Una tercera estatua se guardaba en la misma zona, cerca al puente sobre Chaullay que cruza el río Urubamba en dirección a Vilcabamba. No es una mera coincidencia que sobre la región donde se encontraban las estatuas exista otra montaña llamada Viracochan.
Lo que tenemos entonces es un río con una relación conceptual con el paso e inclusive el nacimiento del sol. El nacimiento del río también está directamente relacionado al Ausangate, una de las dos principales deidades de las montañas de toda la región del Cusco. El río rodea Machu Picchu y el Huayna Picchu que, a su vez, están al final de un ramal del Salcantay, la otra deidad de las montañas. El paso del río en su totalidad sigue aproximadamente el camino del sol que, durante el solsticio de diciembre, sale de atrás del Ausangate (para luego ocultarse, como se puede ver desde Machu Picchu, detrás de otro de los mayores nevados proveedores de agua - el Pumasillo). Esto también concuerda con el legendario viaje de la deidad creadora Inca, Viracocha.
Cuando el río pasa rodeando Machu Picchu, la parte externa de la curva está en el extremo norte, mientras que el Salcantay se encuentra hacia el sur. Además, tanto el río Aobamba como el Cusichaca, que nacen de puntos que se encuentran en el santuario de Machu Picchu al norte y al sur del famoso Camino Inca y fluyen hacia el río Urubamba, tienen sus orígenes en las nieves del Salcantay.
Como hemos visto, la Cruz del Sur, al centro de la Vía Láctea (la fuente celestial de las aguas según los Incas) aparece sobre el Salcantay cuando alcanza su punto máximo en el firmamento. Los pobladores de Machu Picchu deben de haber estado muy conscientes que el sol sale por detrás del Ausangate (aunque éste no es visible desde Machu Picchu) y se oculta detrás del Pumasillo, durante en el solsticio de diciembre.
Para los Incas, debido a su gran preocupación por la orientación de las corrientes de agua, por el recorrido del sol y por las montañas sagradas, la especial combinación de estos elementos en Machu Picchu debe de haber constituido un centro sagrado especialmente poderoso.
© Johan Reinhard
"Machu Picchu, El Centro Sagrado"
© Nuevas Imágenes S.A.
Lima, Peru
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